jueves, 3 de febrero de 2011

175.- VILLA MISIEGO - SELORIO (VILLAVICIOSA)

Ciriaco Balbín en 1.895 encargo la construcción de esta casa de baños al borde de la ría en playa Misiego. La casita se utilizaba para cambiarse antes del baño o del paseo en barca. La heredó su hija Maria Balbín Rivero. Como anécdota decir que un hijo de ésta fue el famoso violonchelista Enrique Correa Balbín (1.918 - 2.004) casado con la pintora Amelia Liró que a su vez fue el padre del también violonchelista Luis Miguel Correa Liró. En la actualidad Villa Misiego pertenece a la misma familia.

...”Pero lo que completa el éxtasis del viajero romántico en la playa de Misiego es una vieja casa nada ostentosa, situada a la izquierda de este cuadro natural en el que no faltan algunas lanchas artesanales, tan hermosas varadas como flotando.
En el centro de una pequeña finca, rodeada por un muro minúsculo y por la mar que casi la baña, «Villa Misiego» no es grande por su tamaño, sino por su discreción y su elegancia. Un par de plantas, otros tantos porches y algunos añadidos a su construcción original de 1895 dan forma a una casa adaptada al entorno de forma tan natural como los árboles de la finca, donde hasta unos enormes eucaliptos parecen majestuosos. El rojo de las paredes y el azul de las columnas y los aleros combinan con la misma gracia con la que la madera en techos y porches lo hace con la cal que oculta los viejos muros de piedra. Y arriba del todo, dominando la casa y la ría, un pequeño observatorio acristalado.
No es una mansión deslumbrante de esas de portada de campaña publicitaria o de referencia para estudiosos del arte, como la de «La Enciena», apenas unos metros ría adentro, donde se rodaron secuencias y películas. «Villa Misiego» bien pudo ser el escenario de «El estanque dorado», pero lo que realmente maravilla de esta casa encantada, en una playa inverosímil, es la sencillez con la que el hombre puede a veces añadir belleza a la que la naturaleza tan generosamente desparrama.”...

Fragmento de “Nubes negras sobre «Villa Misiego»”, de Xuan Cándano en La Nueva España











1 comentario:

  1. Siempre me encantaba acercarme a ella, desde que estuvo abandonada hasta hace unos años

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